miércoles, 4 de mayo de 2011

Del bello libro que adquirió fuerza

El soporte digital no ha destruido al libro, adquiere nuevas dimensiones, se transforma en una idea que no ocupa espacio. Diríase sublimado por la tecnología que condensa la esencia de tan acertado objeto para mejorarlo. Encuentro un argumento en la misma ciencia para la que el libro sirve: la literatura, pues a lo largo de siglos de narrativa, esta ha experimentado también revoluciones que no la han hecho desaparecer, al contrario, la han dotado de sentido. Me refiero, por ejemplo, al modo en que se abandonan, a principios del siglo XX, las largas descripciones que llenaban las bellas novelas de los escritores del XIX; habían dejado de interesar pues algo nuevo emergía: la imagen. La fotografía y el cine podían evocar en el espectador todo lo que una descripción pintaba en largas páginas. Ese nuevo lector ya solo precisaba una breve insinuación del narrador para evocar todo un paisaje o una complicada situación del personaje. Era el momento de Joyce.
Ahora el libro podría estar en su proceso de metamorfosis de la que surgirá nuevamente, sublimado y tan útil como siempre.

jueves, 14 de abril de 2011

cuidamos de nuestros e-seres queridos

Natural y artificial son dos conceptos imprecisos ya en nuestra vida: tendemos a tildar de naturales objetos que nos han acompañado siempre y que son, sin embargo, ingenios o artificios creados por nosotros, como los libros; poco tienen de natural pero en nuestro imaginario han vivido siempre a nuestro lado. Tachamos de artificial la tecnología última, deshumanizada y desconocida. Pero no decimos que el teléfono sea artificial, porque lo conocemos y asumimos como natural, ¡muy natural hablar a distancias enormes sin gritar! Ahora lo artificial está en nuestro mundo y lo minamos como al bebé o la mascota, lo alimentamos y lo cuidamos como a un ser querido. Pero esto no es nuevo: cuando yo era niña la mayoría de los hombres cuidaban de su coche con un celo y una dedicación ejemplares, lo limpiaban cada domingo y le prestaban mucha más atención que a sus esposas o a sus hijos. Cuidamos de nuestros e-seres queridos.


 

martes, 5 de abril de 2011

Estrellitas para los sinverguenzas

Decía el profesor esta mañana que deberíamos aprovechar el recurso de las redes sociales para denunciar al sinverguenza, ese que en España siempre ha sido aplaudido. Ese que no es uno, por desgracia, sino que prolifera en los medios y se beneficia de su mala fama.
Se me había ocurrido comenzar a hacer una lista y ponerles estrellitas, pero cuando he pensado en los nombres que debería poner me ha dado una pereza infinita, además puede que les aportásemos mayor publicidad. ¿Quereis empezar alguno de vosotros?

viernes, 25 de marzo de 2011

Narciso

Lo que perturba desde siempre al ser humano, aquello que encuentra siempre lugar en el sueño, en el arte...encontrarse frente a sí mismo, el espejo. El gran Gabriel García Márquez cuenta que un día casi le ocurre, que pensó que al fin sucedía eso que tanto había deseado que fuera posible: Su hijo había ido a abrir la puerta de la casa familiar y regresó dentro a decirle a su padre "papá, sal que ahí vienes tú mismo a saludarte". El escritor salió a ver el milagro, pero solo era un arquitecto mexicano que se llamaba tambíén Gabriel García Márquez, y pasaba a saludarle y celebrar la coincidencia.
Cortázar sintió un día el vértigo de verse a sí mismo caminando a su lado por las calles de París. Tenía un fuerte dolor de cabeza y entró a un café a esperar que su otro yo se marchara, sin atreverse a mirarlo, por si realmente era él... en múltiples cuentos recrea la posibilidad de "el otro-el mismo", el alter ego y el encuentro entre ambos: En  Lejana  una chica bien se encuentra por fin en Budapest, y es ella misma pero sin techo, sucia y desgarrada.
www.ciudadseva.com/textos/.../cortazar/lejana.htm

En Una flor amarilla el protagonista se encuentra a sí mismo en un niño al que le suceden las mismas cosas que a él a su edad, así descubre que somos inmortales.También la posibilidad de la vida dentro de  la fotografía, como una realidad más, en  Las babas del diablo.
Vladimir Nabokov relata el escalofrío del encuentro en una pequeña novela, una joya llamada Desesperación.  Orlando de Virginia Woolf. Borges parece no saber hablar de otro tema, su obsesión con la posibilidad del doble, el espejo...
En fin...al fondo del espejo estamos otra vez, y eso es fascinante. En el fondo del espejo vive siempre Narciso, consumido de pasión por sí mismo.

viernes, 11 de marzo de 2011






-La cultura genera minorías, genera mayorías, incluye y excluye. La cultura es una constante dinámica de aprehensión y olvido. Un olvido necesario para lograr cambios, movimiento.La ciencia siempre fue el instrumento de la evolución, a menudo manipulada, utilizada por el poder. Así el poder dispone de la tecnología y se ayuda de ella con el fin de que no se escape el orden establecido. Basta recordar la función que los avances tecnológicos cumplen en la segunda mitad del siglo XX.






Pero ¿qué ocurre ahora?, tememos y anhelamos con la misma intensidad el proceso evolutivo, extraordinariamente rápido, al que la tecnología nos conduce.Cabe la molesta sospecha, a veces la evidencia, de que el poder intervenga constantemente en tal proceso.

Nos amargan la sorpresa, el goce de comprobar la grandeza de cada nuevo paso. De algún modo se banalizan nuestros esfuerzos gigantescos.

Nuevas formas de ignorancia, escalofriante perspectiva en una sociedad alfabetizada y sin embargo sumida en una extraña ceguera; una sociedad que observa y asume cambios y se especializa e ignora todo lo ajeno a su especialidad. Jóvenes especialistas manipulables como jornaleros...
Por fortuna, el hombre se inventa a cada rato, crece y crea nuevos territorios desde el suyo propio.

sábado, 26 de febrero de 2011

INSTRUCCIONES PARA DAR CUERDA AL RELOJ

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo.Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas,las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? atelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Historias de cronopios y de famas, Julio Cortázar

Miramos para retener el tiempo, nos atormenta su paso y optamos por atraparlo en una mirada. Así el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan...