viernes, 11 de marzo de 2011






-La cultura genera minorías, genera mayorías, incluye y excluye. La cultura es una constante dinámica de aprehensión y olvido. Un olvido necesario para lograr cambios, movimiento.La ciencia siempre fue el instrumento de la evolución, a menudo manipulada, utilizada por el poder. Así el poder dispone de la tecnología y se ayuda de ella con el fin de que no se escape el orden establecido. Basta recordar la función que los avances tecnológicos cumplen en la segunda mitad del siglo XX.






Pero ¿qué ocurre ahora?, tememos y anhelamos con la misma intensidad el proceso evolutivo, extraordinariamente rápido, al que la tecnología nos conduce.Cabe la molesta sospecha, a veces la evidencia, de que el poder intervenga constantemente en tal proceso.

Nos amargan la sorpresa, el goce de comprobar la grandeza de cada nuevo paso. De algún modo se banalizan nuestros esfuerzos gigantescos.

Nuevas formas de ignorancia, escalofriante perspectiva en una sociedad alfabetizada y sin embargo sumida en una extraña ceguera; una sociedad que observa y asume cambios y se especializa e ignora todo lo ajeno a su especialidad. Jóvenes especialistas manipulables como jornaleros...
Por fortuna, el hombre se inventa a cada rato, crece y crea nuevos territorios desde el suyo propio.

1 comentario:

  1. Me hace especial gracia lo de "jornaleros", porque se está poniendo muy de moda el crowdsourcing: una empresa convoca "una especie de concurso" en la que 800 chavales (o no tan chavales) deben exponer/mandar sus proyectos, sus ideas y el "ganador" se lleva el premio económico. Qué bien, qué bonito, ¿no? Pues no porque se acaban los contratos, se acaba la seguridad social, se acaba la estabilidad económica individual y se impone el freelance, bueno... ¡Qué digo freelance! ¡MERCENARIOS! Eso es lo que se consigue con estos nuevos (no tan nuevos) métodos (de explotación) laborales: mercenarios laborales.

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